Brazo Poderoso, Jesús Divino, hoy que embarga mi alma una pena rasgándome el pecho la desesperación, vengo a ti, ya por la excelsa virtud de tu superioridad, ya porque compenetras todos los corazones, y sobre todo, porque en el dominio del fuero interno sabes entender lo que pasa y hasta dónde me corresponde la culpabilidad.
Brazo Poderoso, Tú que antes de llegar a la inmortalidad de tus Divinas alturas pasaste por la tierra y estudiaste las flaquezas de los que fueron hechos por la Divina Mano para buscar su redención, y te expusiste a toda suerte de dolores y sacrificios, regando la tierra con tu Sangre y tus sublimes doctrinas y enseñanzas, Tú Jesús adorado que sabes escuchar, te imploro, Señor, acoge hoy mi ruego y recíbelo en tu corazón.
Corazón moldeado para todas las grandezas y lleno para conceder favores a los que envueltos en olas del infortunio buscan tu alivio y regazo; acógeme, Señor, y dame tu poderosa y valiosa ayuda para salir de esta grave situación que me embarga y que me resulta muy difícil de solucionar yo solo, acoge mi petición fervorosa que de rodillas ante tu imagen, y con los ojos encendidos por la suprema fe, te hago con humildad y esperanza:
(Pedir ahora lo que se desea conseguir).
Señor Jesús, confío en tu milagroso Brazo Poderoso lleno de amor y misericordiay sé que hallaré en Él pronta respuesta y solución.
Jesús mío, que tu Espíritu Santificador me haga participe del triunfo sobre el mal, que tu Espíritu de Amor dirija mis pasos y mi corazón para que pueda seguirte e imitar tu entrega, que Tu Espíritu y bendición constante me acompañen todos los días de mi vida.
Así sea. +
Rezar tres Credos, tres Padrenuestros y una Salve a la Santísima Madre de Jesús.
Esta oración se hace tres días seguidos (ante una imagen de Jesús Bendito, Adorado y Todo Poderoso, en un templo u otro lugar, con mucha fe y devoción).
A los nueve días se repite durante otros tres días, y el consuelo y ayuda llegará rápido al que con humildad y fe hace la petición.
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